sábado, 1 de octubre de 2011

Cerebro e Inteligencia (3) Fernando Savater, el 'activista del pensamiento'

Segundo capítulo de la serie documental de RTVE "Pienso, luego existo", esta vez dedicada a uno de nuestros filósofos de cabecera, el gran Fernando Savater.

Fernando Savater, el "activista del pensamiento"

22.09.2011


"Yo creo que el mundo está lleno de genios, pero hacen falta maestros. A mí me gustaría ser más maestro que genio”. Así resume el escritor y catedrático en Filosofía, Fernando Savater, sus aspiraciones en la segunda entrega de Pienso, Luego Existo, el programa de La 2 que nos acerca, desde la reflexión sobre la erudición, a la figura de algunos de los pensadores del panorama español contemporáneo.

Savater, nacido en San Sebastián en 1947, autor de más de 80 obras alguna de las cuales ha sido traducida a más de 20 idiomas ("Ética para Amador”), es calificado en el programa como "un gran divulgador de la filosofía” (Juan Antonio Rivera, catedrático de Filosofía), un pensador que "siempre ha defendido un yo desculpabilizado” (Julián Sauquillo, catedrático de Filosofía del Derecho) y, sobre todo, como "un activista del pensamiento” (Eduardo Arroyo, pintor y amigo del protagonista).

Nietzsche, Cioran y Spinoza, sus influencias


Él, por su parte, cree que es "un señor que enseña solfeo en filosofía, y no uno de los grandes solistas”, con "un sentimiento cómico de la vida”, que defiende luchar por "la vida de antes de la muerte” y que cambia de forma de pensar pero que no deja de hacerlo, ya que se muestra fiel "al pensamiento, no a sus contenidos”, porque lo contrario sería ser fiel a los dogmas. En su pensamiento reconoce la influencia de Nietzsche, Cioran y Spinoza, pero también el entusiasmo vital que le ha proporcionado su infancia, de la que nacen sus dos grandes aficiones: la lectura ("si por leer pagasen, yo no haría otra cosa y además sería ahora multimillonario”) y las carreras de caballos.

Hacer accesible la filosofía


Savater explica, en Pienso, Luego Existo por qué practica lo que llama la "filosofía cívica” y recuerda que la filosofía está hecha de preguntas y no de respuestas. "Me gustaría una filosofía ligada a cosas como la educación, como la política, como la ciudadanía sobre todo. La filosofía nace en el mismo momento y en el mismo lugar que la democracia, y yo creo que es una cosa que conviene recordar y que a veces se olvida”.
Sus opiniones a menudo contra corriente, su vitalidad, su libertad, su estilo agudo, desenfadado incisivo, irónico, la importancia que otorga a la educación, sus reflexiones sobre la política y la Democracia ("que tiene que estar en manos de personas capaces de luchar y de esforzarse por ella”) le han convertido en uno de los pensadores más conocidos, derivado además de su afán de hacer accesible la filosofía a un gran público y por presentarla de modo que todo el mundo pueda entenderla.


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