miércoles, 28 de marzo de 2012

Escritor (7) Muñoz Molina, azares del oficio

Antonio Muñoz Molina, uno de los escritores, persona humana y español preclaro más admirados por el Juez Roy Bean (Sefarad debería ser obligatorio en las escuelas) y de cuyo ideario y memoria ya publicamos un post, reflexiona sobre los azares que en sus inicios como escritor hubieron de converger para que pudiera desarrollarse su talento como narrador. Y por ellos brindamos.


Azares del oficio

Antonio Muñoz Molina - El País 17/09/2011

Dentro de unos meses hará 30 años que publiqué por primera vez algo en un periódico. Dos años más tarde, a finales de 1984, apareció mi primer libro. Creo que voy teniendo ya una cierta perspectiva para reflexionar sobre lo que se llama el éxito y lo que se llama el fracaso, sobre la fama casi siempre dudosa que puede deparar la literatura y sobre la oscuridad en la que muchas veces queda postergada o perdida, incluso sobre el grado de justicia o de injusticia con que se valora a un escritor. Treinta años, o casi, dan para mucho. En 1982, cuando yo empecé a colaborar en un periódico recién fundado que duró muy poco tiempo, Diario de Granada, en las redacciones había un ruido frenético de máquinas de escribir y una neblina permanente de humo de tabaco. Las dos cosas parecían naturales. Las dos desaparecieron al cabo de no mucho tiempo, primero las máquinas, después el humo. Los artículos los escribía uno a máquina en su casa y los llevaba en mano al periódico. Dictar por teléfono era costumbre de enviados especiales en el extranjero. A los colaboradores de periódicos de provincias una de las muchas cosas que nos producían admiración de Francisco Umbral era que mencionaba como de pasada en sus crónicas que un motorista iba a su casa cada tarde para recogerlas.

Las mías yo las llevaba a pie o en autobús. Y aunque retrospectivamente parece que aquel era un comienzo inevitable yo no me olvido nunca de lo que tuvo de casual. Fue una casualidad que fundaran en Granada aquel periódico nuevo, y que yo conociera al redactor jefe, Antonio Ramos Espejo. Yo tenía 26 años y llevaba escribiendo desde antes de la adolescencia, pero nunca me habían publicado nada, ni me habían premiado ni seleccionado en ninguno de los concursos de cuentos a los que me presentaba. Me armé de valor una tarde y fui al periódico. Antonio Ramos me recibió con la amabilidad distraída de quien tiene demasiadas cosas a las que prestar atención y cuando le ofrecí llevarle algo me dijo, con una simplicidad desconcertante:

-Venga. Escríbeme una columna todas las semanas.

Que se diera por supuesto que esas colaboraciones no se cobraban me pareció lo más natural. Diario de Granada fue un periódico pobre que no duró mucho tiempo y en el que había a veces cantidades prodigiosas de erratas, pero sin esa oportunidad que tuve de escribir en él no sé cuál habría sido mi futuro de posible escritor. Los profesores, los mismos escritores, presentan la vocación como una fuerza solitaria que se alimenta de sí misma y que de antemano tiene trazada una dirección. Esa no es mi experiencia. Yo no sé cuánto tiempo más habría resistido mi vocación sin el estímulo de ver impreso lo que escribía; sin el eco inmediato de algunos lectores; sin la disciplina que se aprende escribiendo con una extensión predeterminada y con una fecha y una hora de entrega; sin la bendición de que al publicar uno se aligera de lo ya escrito y puede volcarse hacia lo ni siquiera intuido todavía.

Yo recortaba mis artículos del periódico y los guardaba en una carpeta con gomas: reliquias del pasado, del siglo pasado. Me asombraba y me halagaba una modesta notoriedad local, y eso me animaba a escribir más, a tantear de nuevo la posibilidad de una novela empezada y abandonada años atrás. Trabajaba de ocho a tres en una oficina y por las tardes escribía. Dos amigos que sacaban adelante una pequeña editorial de poesía, Silene, me propusieron que hiciera un libro con los artículos de aquella serie ya concluida en el Diario de Granada. La vocación no sucede en el vacío, y el poco o mucho talento que cada uno tenga no es nada sin ciertos azares decisivos, detrás de la mayor parte de los cuales hay al menos un acto de generosidad. Los poetas José Gutiérrez y Rafael Juárez me animaron a reunir ese libro de artículos, con una convicción que a mí me faltaba. El pintor Juan Vida me diseñó gratis la portada y me asesoró en el mundo recóndito de las imprentas locales. A mí me parecía una secreta indignidad publicar un libro pagándome yo mismo la edición, pero los dueños de la imprenta eran también amigos, y hasta un conocido se ofreció a llevar los ejemplares de cinco en cinco por las librerías y las papelerías de Granada. En el mundo exterior no había ni que pensar. Luis García Montero, Mariano Maresca, escribieron reseñas en periódicos de la ciudad. Entre unos y otros me daban direcciones de escritores o críticos a los que sería conveniente que les mandara ejemplares dedicados.

Tener un libro con mi nombre en la primera página era algo y no era nada. Verlo en el escaparate de la librería de un amigo; o en un anaquel de una papelería en la que los cinco ejemplares dejados por mi distribuidor permanecían intactos cada vez que yo entraba a comprar unos folios o simplemente a mirar de soslayo a ver si faltaba algún ejemplar. Vivía en la congoja de invisibilidad del aspirante a escritor confinado en su provincia. La frase de Pascal sobre la amplitud de los mundos que ignoran la existencia de uno me la aplicaba a mí mismo y a mi libro, que al menos llevaba el sello de la editorial Silene, ahorrándome así la habitual ignominia, edición del autor.

En cada momento lo que me sucedió podía no haberme sucedido. Pere Gimferrer podía no haber ido a Granada a dar una conferencia unos meses después. Mi amigo Mariano Maresca podía no haberle regalado mi libro. Y a casi nadie más que a Gimferrer se le ocurre leer un libro que le han dado después de una conferencia, en ese paréntesis fatigoso entre la charla y tal vez la cena posterior con los anfitriones y el regreso a la habitación del hotel, de donde uno se marchará con pocos recuerdos y casi siempre con alivio a la mañana siguiente. No hay muchos editores que tengan una verdadera vocación de descubrir. No los hay ahora y no los había entonces. Yo tuve la suerte de que mi novela recién terminada la leyeran Pere Gimferrer y Mario Lacruz; y también de que en aquellos años estuviera surgiendo un público lector que era tan nuevo como nosotros, los escritores de novelas, como la democracia recién inventada, excitante y convulsa en la que unos y otros nos encontrábamos y de una manera inesperada e instintiva nos reconocíamos.

Otros con iguales o mayores méritos no habrán sido tan afortunados. En la generación joven de ahora mismo habrá quien tenga más talento y brille menos que algunos de sus coetáneos. Todo depende tanto del azar, de la moda. En cada generación hay unos cuantos astutos que atisban mejor que nadie la dirección del viento y saben cómo y dónde colocarse, pero no sé si a la larga eso sirve de mucho. Tampoco estoy seguro de que al final el tiempo ponga a cada uno en su sitio. Escribir con entrega a lo que se hace y confianza en los desconocidos es la única seguridad razonable en este oficio incierto.

sábado, 24 de marzo de 2012

Justicias e Injusticias (1) ¿Justicia ciega, justicia para todos?

“Son malos tiempos para la justicia. Vengan a ver la farsa, el decorado roto, la peluca mal puesta”. Vengan aquí y observen (...) la toga sucia y el culpable limpio” Luis García Montero

La Justicia en nuestro país ha demostrado en numerosas ocasiones sus ineficiencias operativas y servidumbres políticas, pero últimamente el primer juicio del caso Gürtel y las tres causas del proceso a Baltasar Garzón han mostrado a las claras las vergüenzas de nuestro sistema jurídico. Al insulto a la inteligencia que supuso la delirante absolución de Camps y Costa por un jurado popular claramente influenciado se añadió que el primer y por ahora único condenado por el mayor caso de corrupción de nuestro país fuera el juez que lo instruyó.Fue la causa de las escuchas de Gürtel la que consiguió lo que tantos poderes políticos y jurídicos deseaban, la defenestración de Garzón como magistrado de la Audiencia Nacional. No fue necesario por ello el mayúsculo escándalo internacional que hubiera significado para nuestro país condenar por la causa de los crímenes del franquismo (después de Camboya, España es el país con más fosas comunes sin desenterrar en las que permanecen los restos de aproximadamente cien mil represaliados), al único magistrado español que ha querido investigarlos, el único que ha intentado afrontar la vergüenza histórica que significa que España sea el único Estado europeo que no ha afrontado sus crímenes de lesa humanidad cometidos desde el Estado y con las fuerzas del Estado.

En fin, para nuestra primera entrada sobre algo tan invocado y pocas veces conseguido como la Justicia, les dejamos con un artículo de Ángeles Caso y un reportaje del inquisitivo Jordi Évole que
nos hablan de algunas de las trampas y podredumbres de la justicia española y de que, tenemos que tenerlo claro, ni la justicia es ciega ni es igual para todos.

Salvados - ¿Justicia para todos?


El Rey y la Constitución española dicen que la justicia es igual para todos, pero ¿La justicia es realmente ciega? ¿Los ciudadanos confían en la justicia? Jordi Évole traslada estas preguntas a abogados, jueces y fiscales durante un recorrido que hace por la Ciudad de la Justicia de Barcelona. Salvados introduce sus cámaras en salas de vistas, despachos de jueces y almacenes donde se guardan pruebas y sumarios. El programa repasará los casos de corrupción más importantes de los últimos años en nuestro país y las consecuencias que han tenido para los acusados. Évole entrevista, entre otros, a José María Mena, ex Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, y el juez Pijuan, juez instructor del caso de Félix Millet, hombre acusado de robar 35 millones de euros.



Algo huele a podrido en la justicia

Ángeles Caso - La Vanguardia 15/03/2012

Escribo este artículo el mismo día en que nos informan de que el juez Garzón ha sido absuelto por su investigación de los crímenes del franquismo. ¡Aleluya! Como a otros muchísimos ciudadanos, me alivia enormemente saber que una causa iniciada por los nietos ideológicos de los verdugos franquistas e instruida por un juez que se permite dar consejo a los demandantes ha terminado de esta forma. Aunque no sé hasta qué punto esa sentencia pueda aliviar al propio Garzón, que ya ha sido apartado de la carrera por otra difícilmente comprensible para la mayoría de nosotros: ¿es posible que un juez que tiene sospecha de que unos abogados puedan estar delinquiendo no tenga capacidad para averiguarlo...?

Claro que el hecho de que no logremos entender este embrollo no es nada nuevo: la justicia está tan alejada de la ciudadanía, que una y otra vez nos vemos sorprendidos por resoluciones incomprensibles, cuando no absurdas y, demasiado a menudo, muy poco justas. Los legos observamos todo eso atónitos y preocupados, pensando que cualquier día podemos ser nosotros las víctimas de un sistema cuyo funcionamiento se nos escapa. Quienes entienden de leyes, en cambio, parecen tenerlo muy claro: la justicia compone en sí misma un universo propio, un mundo arcano poblado por gentes que hablan un lenguaje que sólo les pertenece a ellos y se mueven por razones que a los demás nos resultan ajenas.

Hace tan sólo unos días, un amigo jurista me regaló la siguiente frase: “La justicia no busca esclarecer la verdad de los hechos, sino establecer la perfección de las formas”. Y entonces lo vi claro: esa realidad, de la que él parecía sentirse orgulloso, es la auténtica tragedia de nuestro sistema jurídico. Al final, tanto la redacción de las leyes como su aplicación acaban siendo una cuestión puramente formal, en la que lo más importante son las palabras y su interpretación, la argumentación –tan fácilmente manipulable– y hasta los plazos. Ante el peso mastodóntico de todo ese rigorismo en las formas, a menudo se quedan al margen los hechos y, con ellos, el sentido común y la verdadera aplicación de lo que la gente normal entendemos por justicia.

A esa tragedia se le añade otra: la politización de tantos jueces y magistrados. ¿Es razonable que esos profesionales estén organizados en asociaciones caracterizadas por su ideología política y no por su concepto de la propia justicia? ¿Es sensato que los juzgados y los tribunales se los repartan los partidos a través del Consejo General del Poder Judicial? ¿Es justo que un juez investigue o no y dicte determinadas sentencias en función de los intereses del partido o de la corriente ideológica a la que cree deber fidelidad?

Lo malo es que, sinceramente, pienso que no hay manera de remediar todos estos males. Dado que nuestro concepto del derecho parte de los romanos, llevamos al menos dos mil años acumulando costumbres y vicios. (De acuerdo, pongamos que también alguna virtud, por ser justa.) En cualquier caso, demasiado tiempo y demasiado deterioro como para poder evitar que todo eso huela a podrido. Me temo que limpiarlo no sea tarea fácil, por no decir que es imposible. Así pues, mejor pongamos velas a todos los santos para no vernos nunca implicados en un juicio.

sábado, 17 de marzo de 2012

Comida (11) Alimentos del futuro

Tres14 - Alimentos del futuro

06.03.2012

Hace 70 años, los productos químicos comenzaron a introducirse en la industria alimentaria. El objetivo era rentabilizar los cultivos y abaratar su coste de producción. Esto, junto con la mecanización de la agricultura y la ganadería, dio lugar a lo que se conoce como producción intensiva. Este tipo de producción aseguraba una fuente de alimentos estable para una población mundial que ha crecido más en estos dos últimos siglos que en todos los anteriores.

Al comenzar el siglo XX, 1.500 millones de personas poblaban la Tierra. Hoy somos ya más de 6.000. Pero la explotación intensiva de recursos naturales es también una amenaza a la estabilidad del medio ambiente. Tenemos que cambiar nuestra forma de producir alimentos si queremos respetar la salud del planeta. Éste es el espíritu de los alimentos ecológicos, que no permiten sustancias químicas en su cultivo.

Sin embargo, ¿podríamos alimentar a toda la población sólo con alimentos ecológicos? Está previsto que en 2050 seamos 11.000 millones de personas en el mundo. La producción ecológica tiene un talón de Aquiles… en el mismo espacio de tierra se produce entre un 30 y un 50% menos de alimento que un cultivo convencional. ¿Tendremos que abrir nuestro paladar y estómago a otro tipo de alimentos? Carlos Álvarez Dardet y María Dolores Raigón apuestan por los alimentos ecológicos porque dicen que son más beneficiosos para la salud, pero José Miguel Mulet duda de su efectividad y cree que debemos potenciar los transgénicos. Josep Usall y Pere Arús investigan para encontrar formas de producción y conservación de alimentos que se adapten a las necesidades alimentarias del futuro.

Y además en este programa hablamos de:


Los militares del ejército norteamericano ya comen un sándwich que no caduca; una empresa de Estados Unidos ha creado el primer salmón modificado genéticamente para consumo humano; la carne cruda aporta menos energía; investigadores españoles han logrado eliminar la toxicidad del trigo transgénico; los transgénicos abundan en la vida cotidiana pero no en la alimentación; la bióloga Rachel Carson advirtió de los perjuicios de los pesticidas sobre los seres vivos en su libro de 1962 Primavera Silenciosa.


martes, 13 de marzo de 2012

Dolor (5) El dolor de las víctimas

“Manjón ha optado por el activismo político, demostrando que le puede más el odio a quienes no comparten sus ideas que el dolor por la muerte de su hijo”.
Editorial. El Mundo, 12 de marzo de 2012.

De El Intermedio publicamos la entrevista que Gonzo hizo a Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo (en la que se encuentran la mayoría de víctimas o familiares de víctimas del atentado yihadista del 11-M), en la que ésta muestra el dolor infinito que sienten quienes ven ultrajado el recuerdo de sus seres perdidos y ellos mismos menospreciados e insultados por miserables personajes de la caverna mediática afin al PP como el mismo Pedro J. Ramírez o directamente por miembros de este partido, como Mayor Oreja, Esperanza Aguirre o la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, para quienes parece evidente que no todas las víctimas son iguales. Ascopena de gente.

lunes, 12 de marzo de 2012

Amor (7) 'Cuando alguien se parezca tanto a ti...'








Cuando alguien se parezca tanto a ti que al mirarlo confundas los límites y dudes de quién es quién y quién tú, y los dos unos muñequitos con el mismo pelo de casco y las mismas cejas de niños a punto de caerse, y las mimas manos de personas inútiles para casi todo, manos que dejan resbalar discos y tazas y que solo se sienten en paz enguantadas las suyas con las tuyas y al revés.

Patricia Esteban Arlés 27/02/2012

sábado, 10 de marzo de 2012

Cerebro e Inteligencia (7) El mal del cerebro

El periodista Antonio Martínez Ron, que desde años conduce Fogonazos, uno de los más premiados blog de divulgación científica de nuestro país, ha escrito y dirigido los dos documentales que hoy componen nuestra segunda entrada dedicada al cerebro humano. Un año de trabajo, más de 50 horas de entrevistas y un recorrido por los mejores laboratorios de nuestro país para conocer algunos de los últimos estudios sobre el deterioro y reparación del cerebro en dos interesantes documentales publicados en la estupenda web El mal del cerebro de LaInformación.com.

Parte 1 Cerebros reparados






"Cerebros reparados" estudia el futuro de las prótesis, electrodos e implantes neuronales diseñados para mejorar la calidad de vida de los pacientes con devastaciones
mentales como el Parkinson o la parálisis cerebral, o traumatismos físicos como miembros amputados.



Parte 2 En busca de la memoria



Con el gran aumento de la esperanza de vida logrado en la mayoría de sociedades contemporáneas también ha aumentado la incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple. Son enfermedades que producen una pérdida progresiva de volumen del cerebro y de la interconectividad entre los módulos cerebrales necesaria para posibilitar el pensamiento creativo y coherente. Se produce además un deterioro paulatino de las distintas memorias que vertebran la personalidad por lo que los pacientes que las sufren van perdiendo sus recuerdos y su historia vital, ven desdibujarse su caracter para convertirse en un cuerpo físico mantenido en sus constantes vitales pero que va siendo abandonado por el alma que lo habitó.
La ciencia trata de comprender las causas últimas de estas enfermedades para al menos avanzar en terapias preventivas y paliativas que puedan ponerles freno.

viernes, 9 de marzo de 2012

Extinción (13) Últimas sesiones con Marilyn

Reconstrucción de los últimos días de Marilyn Monroe a través de las cintas grabadas por su psiquiatra, Ralph Greenson, la última persona que la vio con vida y uno de los psicoanalistas más famosos de Hollywood. Durante sus últimos años, la célebre actriz se sometió a varias series de sesiones de psicoanálisis con Greeson, que grabó todas sus conversaciones.El documental es una adaptación del libro de Schneider, "Últimas sesiones con Marilyn", basada en una laboriosa investigación. Greenson no tenía tiempo para otros pacientes. De hecho y para poder atender la torturada psique de la actriz en sus maratonianas sesiones, ésta llegó a traladarse a vivir con Greeson y su familia. Él mismo se convirtió en una persona dependiente de esa relación, quizá no de una forma destructiva, pero no necesariamente beneficiosa. Después de la muerte de la musa de Hollywood, Greenson escribió lo que es todavía un manual estándar de psiquiatras de EE.UU.

Son muchos los interrogantes sobre los últimos días de Marilyn. ¿Por qué iba Monroe tan a menudo a ver a los fotógrafos para que le fotografiasen, cuando ella se sentía en su peor momento? ¿Era sincera la labor profesional de Greenson? El documental también nos acerca a sus películas, sus matrimonios y amores, sus problemas con las drogas y el alcohol, pasando por su clandestina y peligrosa relación con los Kennedy. La historia se completa con importante material de archivo: películas, documentos privados, imágenes de noticias, cartas y fotos. La actriz más sensual de Hollywood apareció muerta en su casa el 5 de agosto de 1962. La verdad sobre su muerte nunca se ha sabido.

jueves, 8 de marzo de 2012

Evolución (4) La Evolución según Peter Griffin y el estado de Kansas



Transcripción:
Peter Griffin: Vayamos al principio. Todo empezó por el Big Bang. Era sábado y Dios y su compañero de cuarto Jack echaban un pulso.

-Jack: Jeje, vas a perder, chaval.
-Dios levanta la pierna y ...
-Jack: Tío, qué asqueroso!
-Dios: ¡Síi, he vuelto a ganar! Espera, aquí viene otro. Dame el mechero.

P.G.: Entonces empezaron millones de años de evolución. Pero el estado de Kansas me obliga a presentar la alternativa de la Iglesia a la Teoría de la Evolución.

martes, 6 de marzo de 2012

Lobos (5) Aullando en Yellowstone



Big Blaze es un lobo gris que vive en Yellowstone Park y es miembro de la Familia lobuna Colanegra. Durante la temporada de celo se le ha visto aullando a las lobas y ha "empezado" un nueva familia con una de las lobas de la Familia Ágata. Los lobos tienen un periodo de gestación de unos 63 días y las crías suelen nacer a finales de abril.
Tras haber sido cazados hasta la extinción en la región en los años treinta, los lobos volvieron a Yellowstone cuando a consecuencia de una ley votada en 1994, una treintena de lobos capturados en el Canadá se reintrodujeron en el parque para reconstruir el ecosistema de toda la región, desequilibrado tras truncarse la pirámide trófica al desaparecer uno de los grandes superpredadores norteamericanos, junto a pumas y osos. De la wikipedia extractamos esta historia sobre los esfuerzos y problemas en la reparación de este error histórico, para la reconstrucción del alma aulladora de un territorio natural imprescindible para la redacción del Juez Roy Bean.

Al principio del Siglo XX, el coyote se había vuelto uno de los principales depredadores pero éste no puede matar a los más grandes herbívoros como los wapitis que comenzaron a prosperar, amenazando el equilibrio del ecosistema. A partir de 1914, el Congreso americano concedió fondos para eliminar los animales nocivos a la agricultura y la ganadería, como los lobos y los perros de prado. Hacia 1926, se había matado a 136 lobos y la especie ya había desaparecido de Yellowstone. El Servicio de los Parques Nacionales decidió prohibir la caza del lobo en 1935 y el voto de Endangered Species Act of 1973 permitió hacer de él una especie protegida.
En los años noventa, lobos del Valle del Mackenzie (Canis lupus occidentalis) en el Canadá se introdujeron en Yellowstone, en una decisión controvertida del U.S. Fish and Wildlife Service. Desde la reintroducción de los lobos, la tendencia se invirtió: en 2001, eran alrededor de 130. Un estudio de 2005 contaba 13 manadas de lobos o sea 118 individuos en el parque, 326 en toda la región. Estas cifras, inferiores a 2004, pueden explicarse por la migracion de los lobos hacia otras regiones. Casi todos los individuos actuales descienden de los 66 lobos reintroducidos en 1995-1996. El número de wapitis disminuyó a la mitad entre 1995 y 2005. Pero los ganaderos temen ver proliferar a los lobos porque atacan a sus animales domésticos, (entre 1995 y 2001, los lobos mataron 12 vacas y 50 ovejas en la región). Los propietarios de ranchos son compensados, aunque sea a menudo difícil probar que se trate de lobos más bien que de coyotes o perros salvajes. La reintroducción se consideró como un éxito y el U.S. Fish and Wildlife Service propuso retirar al lobo de la lista de las especies amenazadas, lo que autoriza a los ganaderos a eliminar a los lobos que atacan a los rebaños.

domingo, 4 de marzo de 2012

Sexo (3) El imperio de los 'sinsexo'

Japón ostenta el récord mundial de abstinencia sexual, al menos en pareja, donde el 60 y 70% de las parejas de más de 40 años no mantiene relaciones, un lugar donde, en cambio, prospera la industria del sexo, donde gran parte de la actividad sexual se desarrolla en 'hipermercados del porno', donde las mujeres cada se parecen más a las muñecas y las muñecas se parecen cada vez más a las mujeres.

Este interesante documental francés (emitido en Documentos TV) nos muestra la realidad del sexo en el país nipón a través de lo que cuentan los propios japoneses, que revelan la soledad, la frustración y el patetismo de unos seres humanos que otorgan toda su energía al trabajo, agostando su sexualidad entregándola
a la pornografía y las señoritas de compañía, renunciando a los sentimientos y el contacto humano. Lo inquietante del asunto es, como plantea el documental, si estas tendencias son un rasgo exclusivo del país nipón o simplemente anticipan una próxima realidad en las sociedades contemporáneas.


El imperio de los 'sinsexo'

Documentos TV 21.02.2012

El Instituto Nacional de Sexología japonés define con el término Sexless ('Sinsexo') a las parejas que mantienen relaciones amorosas con una frecuencia inferior a una vez al mes. Pero, como muestra el documental El Imperio de los SinSexo, ingenioso juego de palabras que evoca la película El Imperio de los sentidos de Nagisa Oshima, cada persona tiene su propio concepto de abstinencia. Los hay que, aunque sólo hagan el amor una vez al año o, incluso, cada dos años, no se consideran 'Sinsexo'.

'Mendokusai', la excusa perfecta

El 37% de las mujeres japonesas se reconocen como abstinentes pero diversos informes demuestran que el porcentaje es mucho mayor. La famosa terapeuta nipona Mayumi Futamatsu asegura en el documental "El impero de los SinSexo" que la experiencia en su consulta le confirma que "entre el 60 y 70% de las parejas de más de 40 años no mantiene relaciones sexuales".

Esta situación no es nueva en Japón. Yoko, una esteticista de 39 años, cuenta que cuando se casó se fue de viaje de novios con su marido durante 10 días "y no pasó nada. Hasta el tercer año de casados no empezamos a hacer el amor tres o cuatro veces al año. Siempre se lo pedía yo y al final se fue a dormir a otra habitación".

Existe una palabra muy repetida entre los varones nipones: ‘Mendokusai’, en castellano ‘estoy cansado’, que resulta incontestable cuando se habla de sexo.

La industria del sexo, un negocio en alza

La sexualidad conyugal está en peligro pero la industria del sexo va viento en popa. En Japón el sexo está en todas partes; se anuncia, se exhibe, se paga y se ha elevado a industria nacional, moviendo 20.000 millones de euros al año, el 1% del PIB.

Gran parte de la actividad sexual se desarrolla en las cabinas de los 'vídeo vox', una especie de hipermercados del sexo, con una oferta ilimitada de películas porno, a los que acuden los hombres cuando salen del trabajo. Allí pasan un par de horas, antes de ir a su casa, o la noche entera, si pierden el último metro.

La industria se ha adaptado a la demanda y en el mercado japonés hay todo lo necesario e inimaginable para satisfacer al solitario más acérrimo. "Yo quiero a mi novia, pero cuando llego a casa y ella quiere hacer el amor, me cansa el sólo hecho de pensar que la tengo que hacer gozar", dice Fumiyo, un habitual de los 'vídeo vox'.

En El imperio de los SinSexo se destaca, sin embargo, que la gran oferta erótica no hace aumentar el número de separaciones matrimoniales. Los divorcios son poco frecuentes y la mayoría de las parejas ‘sinsexo’ son duraderas.

Los gatos, una cura para la soledad

Prostitutas, muñecas, masajes, películas... y hasta gatos. En 20 años el número de solteros se ha duplicado y los animales domésticos se han convertido en los nuevos compañeros, pero no en casa. Existen los 'Neko cafés', donde acuden los solitarios en busca del contacto y afecto que les puedan ofrecer los gatos.

La comodidad parece haber apagado el deseo de los japoneses. Pornografía y prostitución son sinónimos de placer inmediato y sin esfuerzo. La cuestión es si Japón es diferente, o sencillamente va por delante.


Escritor (6) Vida y muerte de Stefan Zweig


Se cumplen 80 años de la muerte por suicidio, junto a su mujer Lotte, de Stefan Zweig, escritor austriaco enormemente popular en su época, en sus facetas de novelista, ensayista y biógrafo. Su humanismo, capacidad narrativa, la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante.

Zweig era un apasionado de la cultura y la civilización que, fue perseguido por el nazismo, del que huyó para terminar estableciéndose en Petrópolis, Brasil, donde acabaría suicidándose, junto a su querida esposa Lotte, el 22 de febrero de 1942, tras ver Europa "destruyéndose a sí misma". Nos quedan sus magníficos libros, "El mundo de ayer", "Amok", "Momentos estelares de la Humanidad", entre otros, que nos recordarán para siempre la gran talla humana y literaria de este escritor ejemplar, otra víctima más del fascismo que asoló
nuestro continente. Su muerte nos habla de la nefasta fatalidad de un mundo donde el mal parece siempre jactarse de sus victorias, y donde el bien da la impresión de ser siempre derrotado, pero al mismo tiempo, la pervivencia, ocho décadas después, de su obra nos confirma que lo bueno y lo noble supera con el tiempo a la fatalidad y a la desgracia. Les dejamos con la carta de despedida que envió a su ex-esposa Friderike antes de suicidarse y una buena aproximación a su biografía encontrada en el blog El club de las serendipias. Stefan Zweig y Lotte, huyendo de un mundo en descomposición, unidos en un último abrazo, en el amor y la muerte.

Carta a su primera esposa Friderike:

Querida Friderike, cuando recibas esta carta estaré mucho mejor. En Ossining me viste mejor y más calmado, pero mi depresión ha empeorado, me siento tan mal que ya no puedo concentrarme en mi trabajo. A ello se suma la triste certeza – la única que tenemos – de que esta guerra ha de durar todavía años y de que pasará mucho tiempo antes de poder regresar a nuestra casa. Ciertamente me ha gustado estar en Petrópolis pero echo de menos los libros, que me son indispensables para mi trabajo. En cuanto a la soledad, que inicialmente aportaba un notable apaciguamiento, se ha transformado en un pesar… También la idea que mi obra mayor, el Balzac, no podrá terminarse nunca puesto que no tengo la perspectiva de dos años de trabajo sin interrupciones, y los libros necesarios para la documentación serían difíciles de conseguir. Y finalmente está la guerra, esta guerra que nunca termina, que todavía no ha alcanzado su peor momento. Soy demasiado débil para aguantar todo esto, y la pobre Lotte no lo ha tenido fácil conmigo, sobre todo porque su salud ha empeorado también.
Tú tienes a tus hijos y con ello una tarea en la vida; tú tienes intereses varios, una inquebrantable energía. Estoy seguro de que alguna vez vivirás mejores tiempos y comprenderás por qué mi pesimismo me ha impedido aguantar más. Te escribo estás líneas en mis últimas horas. No te puedes imaginar cuán aliviado me siento desde que tomé esta decisión. Dales recuerdos cariñosos a tus hijos de mi parte y no sufras, recuerda siempre cómo he admirado a Joseph Roth o a Rieger que supieron evitar el sufrimiento.
Ten coraje, ahora sabes que estoy tranquilo y feliz.
Con mi amor y amistad, Stefan.

Stefan Zweig, apuntes de una biografía

El joven Stefan con su hermano Alfred
Hijo de una familia acomodada de industriales de origen judío, Stefan Zweig, el segundo de dos hermanos, nace en Viena en 1881- “En ninguna otra ciudad europea el afán de cultura fue tan apasionado como en Viena, cultura promovida, alimentada e incluso creada por su comunidad judía”- y vive allí hasta el final de la I Guerra Mundial, asistiendo a la desmembración del Imperio Austro Húngaro, suceso que a Zweig le produjo la sensación de que todo un ideal de vida, un mundo ordenado, “el mundo de la seguridad”, finiquitaba.

Eran tiempos apacibles, escribe Zweig en los que ser joven “constituía un obstáculo para cualquier carrera y tan solo la vejez se convertía en un ventaja”, lo que explica que la escuela tuviera un carácter marcadamente autoritario y que el joven estuviera sujeto a la familia, mientras fuera palpitaba una ciudad llena de atractivos sugerentes, teatros, museos, librerías, universidad, música... Los jóvenes de su generación “parecían poseer una especie de fiebre de saber y conocer todo lo que se producía en en ámbito de las artes y la ciencia”, sobre todo, “leíamos, leíamos mucho, todo lo que caía en nuestras manos” para conocer las novedades, aunque “la mejor academia el lugar donde mejor se informaba uno de todas las novedades era el café”.
Stefan Zweig (de pie) ya adolescente,
con su hermano Alfred
A los 16 años de edad, Stefan, conocía todas las poesía de Baudelaire y Whitman y era un entusiasta de la obra naciente de Valery y Rilke. Como todos los jóvenes cultos de su tiempo despreciaba el deporte, una “pérdida de tiempo”, y rehuía medrosamente el problema de la sexualidad, “porque cualquier forma de amor libre o extramatrimonial iba en contra de la decencia burguesa... que daba , por un lado, por hecho la existencia de la sexualidad y su desarrollo natural en privado, y, por otro, no quería reconocerla bajo ningún concepto en público”. Para canalizar la enojosa sexualidad extramatrimonial -la de los hombres, se entiende, porque las mujeres tenían que llegar al matrimonio “no solo con el cuerpo intacto sino con el espíritu puro”, estaba la prostitución, un oficio reglamentado como cualquier otro, de enorme expansión en la Europa anterior a la Gran Guerra.
Esta época de gloriosa juventud es resumida así por el autor: “como ciudadanos gozamos de mas libertad que la generación actual [el libro se escribió en 1941 y se publicó en 1944] … podíamos dedicarnos a nuestro arte predilecto, seguir nuestras inclinaciones intelectuales, moldear nuestra vida privada de un modo mas individual y personal.... teníamos, en verdad, inmensamente mas libertad individual y no solo la amábamos sino que también la utilizábamos.. teníamos el sentido de la libertad y seguridad en uno mismo”.

Durante los años siguientes, previos al estallido del conflicto bélico, Zweig es un poeta y narrador con aires bohemios que viaja a París, la ciudad de la eterna juventud “quien de joven pasa allí un año guarda de ella un recuerdo incomparable de felicidad a lo largo de su vida” y a Bélgica, donde conoce a uno de sus ídolos, el poeta Emile Verhaeren (1855-1916), uno de los principales fundadores del modernismo “Émile Verhaeren fue el primer poeta francés que intentó dar a Europa lo que Walt Whitman dio a América: una declaración de fe en la época, en el futuro”. También conoció durante la misma época a León Bazalgette y al “silencioso, enigmatico e invisible” Rainer María Rilke (1875-1926) cuyo retrato humano y de escritor traza con mano maestra en la evocación de hasta los mas pequeños detalles de su extraña personalidad, “me parece maravilloso que hayamos tenido entre nosotros a semejantes poetas”. A través de Verhaeren conoce a Auguste Rodin (1840-1917), “los grandes hombres son también lo mas amables y a la vez los que viven de forma mas sencilla”.

De París pasó a Londres donde no llega aclimatarse del todo y de allí a Italia, España , Bélgica, Holanda “a medida que cambia la distancia de la patria, también cambia la medida interior de las cosas”, América “en todo lo referente a cultura los americanos iban muy a la zaga de nuestra Europa”, África, India, sin dejar de ser, como apunta Luis Antonio de Villena, “un señorito protegido por el dinero familiar” y teniendo siempre un apeadero en Viena, lugar de descanso y trabajo para los intervalos entre viajes.

Reconstruyendo la atmósfera espiritual de estos años anteriores a la primera Guerra Mundial, Zweig, viajero empedernido, observa como un periodo de prosperidad se hacía notar en todas la ciudades de Europa:

“las calles eran mas anchas, los comercios mas lujosos y elegantes... por doquier surgían nuevos teatros, bibliotecas y museos... comodidades como el cuarto de baño y el teléfono, que antes eran privilegio de unos pocos, llegaban a los círculos pequeño burgueses y desde que se había reducido la jornada laboral, el proletario había ido subiendo desde abajo para participar, por lo menos, en las pequeñas alegrías y comodidades de la vida. El progreso se respiraba por doquier... pero no solo las ciudades, sino también las personas se hicieron mas bellas y mas sanas gracias al deporte, a una mejor alimentación a la jornada laboral mas corta y aun contacto más íntimo con la naturaleza.. Viajar era más barato y más cómodo... la bicicleta, el automóvil y los ferrocarriles eléctricos habían acortado las distancias y habían dado al mundo una sensación de espacio... ya nadie, salvo los muy pobres, se quedaban en casa los domingos”.

Esto mundo que parecía presagiar una nueva aurora saltó hecho añicos cuando el 28 de julio de 1914 sonó un disparo fatal en Sarajevo.: “si reflexionamos con calma, nos preguntamos por qué Europa fue a la guerra del 14, no hallaremos ningún fundamento razonable, ni un solo motivo”. Los pueblos obedecieron a sus superiores y fueron la guerra con la fe ciega de que el sacrificio era inevitable.

La vida cosmopolita que llevara y la desconfianza hacia los políticos vacunó a Zweig de cualquier entusiasmo patriótico, -“la guerra necesita de un estado de exaltación sentimental, exige entusiasmo por la causa propia y el odio al enemigo”- sin que el enorme y trágico conflicto bélico hiciera tambalear su convicción en la necesaria unidad de Europa.

Refugiado en si mismo, con la única complicidad de Rilke durante un tiempo antes del marchar este al extranjero, Zweig vive solo en su patria, emboscado como traductor y corrector de estilo en una biblioteca. Un artículo “A los amigos de la tierra extraña” publicado contra todo pronóstico en un periódico alemán, le trae desde Suiza el aliento amigo de Romain Rolland (1866-1944) pacifista militante, quien le insufla los ánimos suficientes para luchar con la palabra contra los horrores de la guerra. Escribe su drama “Jeremías”, alegato en pro del pacifismo, y lo estrena en Zurich en 1918.
Friederike Maria von Winternitz
primera esposa de Zweig
Tras el hundimiento de los Habsburgo, Stefan Zweig, quien nunca en esta obra que comentamos habla de su vida privada, pero del cual sabemos que para entonces estaba casado con su primera mujer, Friderike, la cual tenia ya dos hijos de un primer matrimonio, se va a vivir a una gran casa en Salzburgo que había comprado durante la guerra.

La posguerra era ya algo muy diferente. El mundo ya no era el mismo de antes de la guerra. “Toda una generación de jóvenes había dejado de creer en sus padres, en los políticos y en los maestros: leía con desconfianza cualquier decreto, cualquier proclama del Estado”. La inflación, mas persistente en Alemania que en Austria, duró hasta 1923: “nada envenenó tanto al pueblo alemán, nada encendió tanto su odio y lo maduró tanto para el advenimiento de Hitler como la inflación”. Convertida en una época de locura, en toda Europa se habían alterado los valores y no solo los materiales.
A partir de 1924, la vida personal de Stefan Zweig se vio recompensada con la llegada de un huésped inesperado: el éxito. Durante los años 20 y primeros 30 del siglo, Zweig se convierte en una celebrado autor de best-sellers, que rápidamente se traducen a todos los idiomas europeos: la serie ”Constructores del mundo”, sus novelas cortas como “Amok” o “Cartas de una desconocida”, sus famosos “Momentos estelares de la Humanidad” (de lectura obligatoria en las escuelas), y especialmente sus trabajadas biografías de personajes célebres: “para la biografía de María Antonieta examiné realmente todas y cada una de las cuentas para comprobar sus gastos personales, estudié todos los periódicos y panfletos de la época y repasé todas las actas del proceso hasta la última linea”.

Resulta interesante la explicación que da el autor sobre su proceso creativo de escritura:

“En realidad escribir me resulta fácil y lo hago con fluidez; en la primera redacción de un libro dejo correr la pluma a su aire y fantaseo con todo lo que me dicta el corazón... en cuanto termino de poner en limpio el primer borrador de un libro, empieza para mi el trabajo propiamente dicho, que consiste en condensar y componer, un trabajo del que nunca quedo suficientemente satisfecho de una versión a otra... Este proceso de condensación y a la vez de dramatización se repite luego, una, dos o tres veces en las galeradas; finalmente se convierte en una especie de juego de cacería: descubrir una frase, incluso una palabra, cuya ausencia no discriminaría la precisión y a la vez aumentaría el ritmo. Entre mis quehaceres literarios, el de suprimir es en realidad el mas divertido”.

Los años entre 1924 a 1933 fueron una época relativamente tranquila para Europa “viajábamos, ensayábamos, volvíamos a descubrir Europa, el mundo... con capacidad de influencia y eficacia podía hacerse propaganda de lo que desde hacia años se había convertido en la idea fundamental de mi vida; la unión espiritual de Europa”. Salzburgo, donde reside Zweig quien por estos años visita Rusia y otros países, se había convertido en la capital artística no solo de Austria sino del mundo. Los mas famosos escritores, músicos, pintores, autores eruditos de todas las partes del globo le visitan y son sus huéspedes y contribuyen a incrementar la gran colección de autógrafos había venido reuniendo (y comprando) de los grandes maestros de todos los tiempos.

Y así trascurrieron mas años, trabajando y viajando, aprendiendo, leyendo, coleccionando y disfrutando de todo ello... hasta que llegó Hitler “sabía engañar tan bien a fuerza de hacer promesas a todo el mundo, que el día que llegó al poder, la alegría se apoderó de los bandos mas dispares” y aniquiló la vida literaria en Alemania. Las obras de autores no arios quedaron prohibidas y el nombre de Stefan Zweig, como el de otros muchos, fue proscrito.

Cuando en 1934, la policía registró su casa “en aquel entonces, a principios de 1934, un registro domiciliario era una afrenta espantosa”, Zweig se dio cuenta de que Austria estaba perdida y empezó a preparar su salida del país, “para mi la libertad es lo mas importante del mundo”. Vivió en Londres “físicamente, no con el alma”, asistiendo preocupado a los acontecimientos previos a la II Guerra Mundial.

En 1936, de paso hacia América, invitado a dar unas conferencias, su barco hace escala en Vigo, en poder de los franquistas, y al ver de pie y formados ante el Ayuntamiento a “unos jóvenes guiados por curas y vestidos con sus ropas campesinas, traídos seguramente de los pueblos vecinos” y verlos de nuevo salir, al poco, vestidos de uniforme y con equipo de soldados, se pregunta:

¿quien organiza a estos jóvenes anémicos?, ¿quien los empuja a luchar contra el poder establecido?, ¿quien suministra y paga armas y equipos? Y a si mismo responde: “era un poder nuevo que quería el dominio, el mismo poder que actuaba aquí y allá, un poder que amaba la violencia, que necesitaba de la violencia y que consideraba debilitadas y anticuadas todas las ideas que nosotros profesábamos y por las cuales vivíamos : paz, humanidad, entendimiento mutuo... que se aprovechaban del idealismo ingenuo de los jóvenes para su poder y sus negocios."

Con Lotte, su segunda esposa.
En 1938 se produce la anexión de la República austríaca al Reich, ante la pasividad internacional. Hitler se convirtió en dueño y señor de su ciudad y Zweig, privado de pasaporte austríaco hubo de solicitar de las autoridades inglesas un pasaporte de apátrida. Con la invasión de Polonia en 1939, “la misión mas íntima a la que había dedicado toda la fuerza de mi convicción durante cuarenta años, la unión pacífica de Europa, había fracasado”. Zweig se traslada a estados Unidos y luego a Argentina y Brasil.

El resto de su vida no está en este libro, pero no podemos dejar de contarlo. A punto de cumplir los sesenta años, aunque no le faltaban editores ni lectores, su fina y delicada sensibilidad no fue capaz de asimilar tanto desastre y el 22 de febrero de 1942 se suicidó con barbitúricos, junto con su segunda mujer, Lotte, en su piso de la Rua Gonçalves Dias, en Petrópolis, cerca de Río. La pareja había preparado todo minuciosamente como para no molestar a nadie: dejaron dinero para pagar el alquiler y los sueldos de los empleados, dispuesto su testamento, instrucciones precisas de lo que debía de hacerse con sus cosas, quien debía ocuparse de su perro, los últimos textos corregidos y listos para ser publicados y un montoncito de cartas de despedida debidamente ensobradas y franqueadas, La imagen de ambos, abrazados en su lecho de muerte, todavía impresiona.

En una nota de despedida encontrada junto al cadáver del escritor, escribió: ".. Mis fuerzas están agotadas por los largos años de peregrinación sin patria. Así, juzgo mejor poner fin, a tiempo y sin humillación, a una vida en la que el trabajo espiritual e intelectual ha sido fuente de gozo, y la libertad personal, mi posesión mas preciada. ¡Saludo a mis amigos! Quizá ellos vivan para ver el amanecer tras la larga noche. Yo estoy demasiado impaciente y parto solo".

Como escribe Rosa Montero, lo verdaderamente importante no es es ese acto final de una persona que sin duda creyó que su vida y su mundo estaban agotados, sino que, pasado el tiempo y de ahí la renovada actualidad de su mensaje, Zweig tenía razón en reivindicar su derecho a vivir en paz en un territorio europeo civilizado y abierto al mundo. La suya fue, en los atribulados años de la guerra, una luz en medio de las tinieblas.

© Manuel Martínez Bargueño

http://manuelblascuatro.blogspot.com

Octubre, 2010