sábado, 26 de enero de 2013

Arquitectura (2) Óscar Niemayer, la vida es un soplo


“No es el ángulo recto que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas es hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein”

“No quiero cambiar la arquitectura, lo que quiero cambiar es esa sociedad de mierda.”



“En Brasilia, los palacios pueden gustarle o no, pero jamás podrá decir que antes ha visto algo o igual. Puede que haya visto mejores, pero iguales, no.” 

“No pensé que iba a vivir tanto, pero le confieso que todavía es insuficiente. No acostumbro a mirar demasiado el pasado, prefiero esforzarme por lo que aún falta por hacer.” 

“Soy un ser humano insignificante. Basta mirar al cielo para sentir que somos muy pequeños. Creo que el ser humano debería ser más sencillo, más modesto. Sentir placer en ayudar al otro. Sentir placer de participar en la lucha por un mundo mejor, más justo, sin miseria, sin competitividad.”

“Lo que me molesta no son los desaciertos de la vida, sino el dolor inmenso de los más pobres ante la sonrisa indiferente de los acaudalados.” 

“Cuando la vida se degrada y la esperanza huye del corazón de los hombres, la revolución es el camino a seguir.” 

“La vida es un soplo. Todo acaba. Me dicen que después que yo muera, otras personas verán mi obra. Pero esas personas también morirán. Y vendrán otras, que también se irán. La inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad. Lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente. Abrazar a los amigos, vivir feliz. Cambiar el mundo. Y nada más.”

Óscar Niemeyer

En esta segunda entrega sobre la arquitectura abordamos la vida y obra del arquitecto brasileño Óscar Niemeyer -fallecido el 5 de diciembre de 2012, a punto de cumplir los 105 años- a través de un estupendo documental dirigido por su compatriota Fabiano Maciel. En "La vida es un soplo" (A vida é um sopro, 2007) muestra el espíritu de la obra de Niemeyer y cuáles son las ideas que movieron a la realización de su arquitectura única, criticada por algunos y alabada por muchos, funcional y luminosa, futurista y simbólica, donde predominan poderosamente lo orgánico y la línea curva. Un documental que habla de un hombre comprometido y humanista, que revolucionó la arquitectura moderna y cosechó los mayores premios a nivel internacional pero que nunca perdió de vista a los más desfavorecidos y siempre trabajó para intentar resolver las grandes desigualdades sociales de su país. 

La vida es un soplo 


Documental sobre el genial centenario arquitecto brasileño, uno de los más importantes del siglo XX. Con declaraciones del propio artista, vamos captando la forma en que enfoca su obra, el deseo de atrapar la belleza y sorprender a las personas con sus asombrosas construcciones. No hay que obsesionarse con la funcionalidad, piensa Oscar Niemeyer, y es en cambio importante innovar, sorprender, ofrecer soluciones diferentes.

El film del también brasileño Fabiano Maciel sigue la trayectoria de Niemeyer, sus primeras oportunidades, su trabajo junto a figuras de la talla de Le Corbusier o de su compatriota Lúcio Costa. Vemos así su protagonismo en el edificio neoyorquino de Naciones Unidas, sus aportaciones a la moderna Brasilia, incluida su catedral, el museo de arte contemporáneo de Niterói, la universidad de Argel, la sede del partido comunista en París… Son espacios de gran belleza, con soluciones innovadoras, extraordinario uso de las líneas curvas…

Pero el trabajo de Maciel no se limita a recoger imágenes de la obra arquitectónica de Niemeyer, o a un busto parlante. Con ritmo ágil se las arregla el director para reflejar cómo es el artista, su humanismo, que se manifiesta también en sus inquietudes sociales. Aquí se habla de sus raíces católicas, de su posterior evolución al comunismo, de su interés por construir un mundo mejor que supere las grandes desigualdades. También de su amor a la mujer, y de su estrecha unión con Río de Janeiro.






No hay comentarios:

Publicar un comentario